sábado, 29 de marzo de 2014

Cuento: Las locuras del sano


Áxiro era el hijo menor de Dedalo, el gran arquitecto griego y por ende era hermano de Ícaro.

Áxiro vivia en el exilio ya que su padre Dedalo lo mandó a curarse de su locura.
Axíro era conciente de que, a pesar de que era extremadamente inteligente, sus pensamientos eran extraños y que producían miedo en los hombres.
La locura de Áxiro creció cuando se enteró de la muerte de su hermano mayor.

Dedalo le pidió por favor a Asclepio, hijo del dios Apolo y el primer medico humano, que lo cure de su locura.
Asclepio accedió, advirtiendole que el tratamiento sería largo y costoso. Pero Dedalo tenía dinero y tiempo...tenía mucho tiempo.

Fué así que Asclepio partió junto al menor de los hijos de Dedalo.
Áxiro ayudaba a su ahora mentor a curar a los hombres y sobre todo a los locos.
En los años que pasaron juntos, se hicieron grandes amigos y poco a poco los pensamientos de locura de Áxiro iban desapareciendo, lo que hizo brillar mas su inteligencia. Tanto así, que en pocos años ya pudo desarrollar grandes medicamentos para enfermos y creó cirugías para curar heridas.

Pero había aún un detalle. A los ojos del mundo, Asclepio estaba solo.
Áxiro, al ser aún considerado loco, viajaba a la sombra de su amigo, lejos de la vista de terceros y solo estaban juntos cuando no había nadie alrededor.

 Se cuenta que durante uno de sus viajes, se toparon con un hombre poseyente de una enfermedad terminal. Su nombre era Hipolito, hijo de Teseo.
Desde las sombras, Áxiro pudo ver los ultimos momentos agonicos del enfermo.
Hipolito murió, durmiendo, a la tercer noche de comenzado el tratamiento. Áxiro logró ver el cuerpo sin vida del paciente y notó que su rostro era muy parecido al de su hermano, Ícaro. Al verlo, sintió una gran trsiteza en su corazón y sus ojos no pudieron contener las lagrimas que extrañaban a su hermano.

Fué en ese entonces que se prometió a su mismo que no descansaría hasta reunirse con su hermano.
"No pararé hasta reencontrarme con mi hermano Ícaro!" Exclamó.
Asclepio lo miró preocupado que su locura vuelva a aparecer despues de tantos esfuerzos.
"Y como planeas hacerlo?" Preguntó el medico. "Tu hermano está muerto, su alma se encuentra en los dominios de Hádes".
"Vamos a revivir a los muertos". Afirmó Áxiro.
"Estás demente Áxiro. La locura ha vuelto a su alma." Dijo Asclepio y añadió "yo no seré parte de esto y de la ira de los dioses que esto provocará"

Áxiro era habil de palabra, capaz de convenser hasta al propio Odiseo.

"Acaso no buscas la inmortalidad ,Asclepio? Si engañamos a la muerte, no solo serás inmortal, sinó que tu nombre será hablado y recordado por toda la eternidad..."

Mas no tuvo que decir para convencer al medico.
"De acuerdo, pero para poder hacerlo, necesitamos la escencia divina de la misma muerte. Como planeas conseguirl..." Asclepio no pudo concluir sus palabras, cuando vió al angel de la muerte no violenta, Thanatos, acercarse al cuerpo de Hipolito para reclamarlo y llevar su alma ante los 3 jueces del infierno.

Asclepio salió a saludarlo cuando de las sombras Áxiro habilmente introdujo una jeringa en su cuerpo y extrajo una gran cantidad de la sangre divina del angel.
Thanatos apenas sintió un leve cosquilleo que no dió importancia y haciendo caso omiso al medico, prosiguió con su misión.

Ya con el elemtento divino en sus manos, la cura a la muerte no demoró en crearse y justo fué terminada pocos días despues, cuando Teseo apareció para llevarse el cuerpo de su hijo para los funerales.
Como aún no estaba probada, Áxiro no quería utilizarla aún ya que no poseían gran cantidad de ella. Es por eso que decidieron ponerla a prueba con Hipolito.

Asclepio le contó al heroe que podía regresar a la vida a su hijo si se lo permitia, a lo que Teseo por supuesto aceptó.

El resultado fué mejor de lo esperado. Hipolito retornó a la vida junto con su alma y su cuerpo había recuperado su fuerza y vitalidad, contento y feliz, Teseo partió a su patria para llevar las buenas noticias mientras que dejaba a su hijo al cuidado del medico.

Al ver esto, Áxiro decidió partir para resusitar a su hermano Ícaro. Sin quedarse a despedirse de su mentór, pudo verlo como este miraba contento a su paciente revivido. Pero fué lo ultimo que pudo ver del medico ya que una gran luz blanca apareció y su gran brillo duró unos segundos. Cuando desapareció, pudo ver los cuerpos sin vida de Asclepio e Hipolito tirados en el piso...comprendió que fueron fulminados por el rayo del rey del olimpo.

Áxiro intentó revivir a su amigo, pero este ya no se encontraba en el suelo. Su cuerpo había acendido a los cielos para convertirse en la constelación de Ofiuco.

Al ver esto, Áxiro comprendió que nadie puede librarse de la muerte y que el destino de todo hombre mortal es el mundo de los muertos.

Áxiro decidió volver a Creta y rendir un homenaje a su hermano caído, pidiendole perdón por no poder revivirlo, pero que gracias a esto, la locura había desaparecido.





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