lunes, 31 de marzo de 2014

Cuento: El síndrome de Aquiles

Seguramente alguna vez se han preguntado para qué existimos.

Aunque hay miles de respuestas posibles, yo me quedo satisfecho con la idea de que existimos para sentir las emociones y transmitir nuestra información genetica.
Lo primero se hace viviendo la vida. Lo segundo es por la descendencia.

De esta forma intentamos quedar "inmortalizados" en la historia.
Uno de nuestros objetivos es ser recordado. Voluntaria o involuntariamente .

Pero para algunos, este no es uno sinó ÉL objetivo de nuestras vidas...el ser recordado...

Estas personas sufren lo que yo denomino como el "Síndrome de Aquiles".

En su Iliada, Homero nos cuenta que Aquiles debió elegir entre una vida "normal" larga y una vida "inmortal" pero corta.
Aquiles eligió la segunda opción y prefirió morir joven y que su nombre sea recordado por toda la historia (hasta este día) a tener una vida larga y "normal", en otras palabras, prefirió ser "inmortal".

Cuando menciono una vida "normal" me refiero a una vida sin grandes hazañas y que su nombre solamente será recordado por los hijos, por los nietos y bis nietos cada vez en menor medida hasta desaparecer de la historia.

Lamentablemente el síndrome de Aquiles trae miseria con el. Miseria para con uno y para con los demás, en mayor o menor medida.

El caso mas común es el de los politicos y dentro de estos los dictadores.

Pongamos el ejemplo de un presidente.
En que porcentaje un candidato se postula por vocación y para ayudar a los demás?
Ese numero es mayor o menor al porcentaje de candidatos que se postulan solamente para conseguir poder?

No hace falta darse mucha cuenta que el numero es menor. No lo cree así?

Digamos que no está del todo mal. Todos quieren tener poder. El problema radica en que hacer una vez obtenido.
Algunos lo utilizan para ayudar, beneficiandose en el intercambio.
Otros solo buscan conseguir aún mas poder o si no pueden, permanecer con el mismo lo maximo posible, sin importar el daño que se pueda causar.
Unos pocos ayudan a los otros sin buscar su propio beneficio, apagando poco a poco sus ansias de poder.

Al igual que Aquiles mató a centenares de hombres en su busqueda de la inmortalidad, arruinando sus familias, la mayoría de los politicos adictos al poder lastiman a su pueblo sin importarles las consecuencias, debido a su principal y único objetivo, el ser recordados.

Hoy en día la historia recuerda solamente a los seres que tuvieron poder. Sin importar sus acciones en vida.

Lamentablemente la única cura que existe, los valores, está desapareciendo:
La ética está siendo reemplazada por el dinero.
La empatía se volvió apatía.
La humildad ahora es mas turra y se unió a la sobervia para presumir sus lujos discretamente.

El síndrome de Aquiles es peligroso, pero solo porque nosotros lo permitimos, pero lo podemos cambiar...

...solo hace falta que apuntemos al talón.

  

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