miércoles, 27 de agosto de 2014

Sueños VI

A bordo del colectivo, con destino aunque sin rumbo, me encontraba.

La ruta del colectivo atravesaba una plaza de cemento, otrora vacía mas ahora ocupada con militantes de un partido politico.

"¿Cómo va a cruzarla?" Me pregunté mientras miraba como entraba a la plaza de cemento ante la mirada de todas las personas allí presentes.

El colectivo se dirigió hacia la pared del fondo, sin bajar la velocidad. Mi corazón comenzó a latir con mas fuerza. Se iba a estrellar y como resultado, yo iba a morir.

Cuando ya estabamos muy proximos a la pared, pude ver en ella, distanciados por unos metros, unas cajas negras y fue cuando comprendí que esa era una pared falsa que se abriría cuando el colectivo estuviese muy cerca, algo así como las puertas de los supermercados.

Efectivamente eso pasó, la pared se abrió y me corazón se calmó.
Varías puertas mas atravezó el colectivo y fue entonces cuando pude ver toda la situación desde arriba, como si mi alma hubiese salido de mi cuerpo.
¡Parecía un laberinto!

El colectivo nos dejó (al parecer estaba siendo acompañado) en un terreno arenoso gigante, aunque no era un completo desierto ya que poseía amplia vegetación.

De inmediato sentimos que el piso bajo nuestro pies comenzó a temblar.
Metros atras nuestro se encontraba un castillo de cemento y tomamos refugio en una de las puertas del mismo (que estaba doblada, ideal para que sea nuestro escondite).

El temblor se hacía cada vez mas imponente y sobre nuestras cabezas saltaron unas personas, algunas decenas de ellas, las cuales continuaron su corrida hacia el horizonte.
Pocos segundos después saltó sobre nosotros la verdadera causa de los temblores, los dinosaurios.
Eran muchos, decenas de ellos, todos corriendo hacia donde estaban los humanos.

A lo último, saltó un pequeño dinosaurio, un bebé para su especie, aunque demasiado grande para nosotros, acompañado de lo que parecía que era su madre. Estos se detuvieron algúnos metros adelante nuestro y fue cuando mi alma salió de mi cuerpo por segunda vez y se puso al lado de estos.

"Mamí, ¿por qué estamos haciendo esto". Preguntó la creatura.
"¡Porque ellos nos están cazando!" Respondió la madre con furia. "Son ellos o nosotros"

Luego decidimos tomar refugio en el castillo donde nos encontramos con otros supervivientes y decidimos planear la ofensiva para terminar con esta guerra. ¡Eramos del ejercito!

Fue ahí cuando me separé de mi compañero del colectivo. Cada uno fuimos buscando recrutas para comenzar la avanzada. Yo logré encontrar a 3 personas, todas mujeres y los 4 nos dirigimos hacia el segundo piso de la torre derecha del castillo (mirandolo desde la entrada, claro).

Poco duraron las deliberaciones y la avanzada comenzó.
Los que marcaríamos el avance eramos tres. En primer lugar estaba el teniente, mi compañero de viaje. En segundo lugar estaba otro soldado y en último, yo. Los tres avanzamos en columna, uno detras de otro, mientras que no haya obstaculos. Los tres portabamos un fusíl de ataque.
A medida que avanzabamos podía ver como mis compañeros tomaban posiciones alrededor nuestro para cubir la posición.

Continuamos con el avance, siempre uno detras del otro, hasta que llegamos hasta un lugar con muchas casas, todas de madera barnizada. Nos dirigimos hacia un pasillo entre 2 casas, una con las ventanas cerradas y la otra con las ventanas abiertas. Después de inspeccionarlas, decidimos avanzar, cuando fuimos interceptados por un malvado general y sus hombres.

Con una sonrisa siniestra, apuntó su arma hacia mí, arrugando su uniforme color gris opaco.
Sin palabras mediante, frunció la frente, movió su abultado bigote y disparó.
La bala me perforó el corazón y caí muerto.
El desenlace de la historia lo pude ver desde arriba, desde mi alma ya liberada de su prisión fisíca.

Luego de mi muerte, el general se acercó hacia nuestro comandante que, cubierto en furia, le disparó.

El general cayó, pero sus solados no se movieron. Era el fin de la guerra y era el fin de mi descanzo cuando sonó el despertador...

Recordatorio personal: No hacer zapping entre peliculas antes de dormir.

sábado, 2 de agosto de 2014

Cuento: La mas bella y triste historia de amor (parte 1)


Claudio estaba caminando por la pradera.
Había escuchado un ruido entre la maleza y sabía que no se trataba de un roedor queriendo sustraer algúna hortaliza de la huerta. No, ese ruido era de pasos, de sigilosos pasos provenientes de un hombre.

Claudio era soldado del ejercito Español y estaba entrenado para eliminar a los intrusos que amenazaban su país.
Armado con su fusíl, siguió caminando, lentamente, siguiendo el rastro del usurpador hasta que lo encontró.

"¡ ALTO AHÍ !" Retumbó la voz de Claudio .

El movimiento del suelo cesó y un individuo se levantó con los brazos en alto. Llevaba un uniforme militar Ingles, aunque algo sucio.

"TIRA EL ARMA" ordenó.

El soldado Inglés obedeció sin resistencia y arrojó su pistola al pasto.
Claudio sonrió, pensó que tenía la situación bajo control cuando de repente sintió el acero en su espalda. Su sangre se había vuelto fria y le dió escalofrios en todo el cuerpo.

"TIRA EL ARMA" escuchó de una voz detras de el en un pesimo castellano.
 Era un segundo soldado Inglés. Claudio había caido en su emboscada y no tenía escapatoria.
O sería asesinado en ese intante o peor aún, sería envíado a Inglaterra como un esclavo.

"KILL HIM" Escuchó decir del soldado que fue el señuelo.

Un ruido resonó en el aire. El disparo se había efectuado y el soldado había caído. Fue un disparo certero a la cabeza del enemigo. Apenas un segundo después el otro soldado se desplomó en el suelo mientras que la sangre se escapaba de su cuerpo. Ambos soldados Ingleses habían caído pero Claudio seguía estatico, no comprendía lo que acababa de suceder. Todo fue muy repentino.

Una mano apareció frente a sus ojos, era una mano que lo invitaba a tranquilizarse y a volver a la realidad.
Claudio la tomó y levantó la vista. Frente a el estaba un hombre Español. No, no solo un hombre. El era un soldado del ejercito Español, un compañero de armas.

"Vaya susto, ¿eh?" Dijo el salvador. "Estuve siguiendo a estos malnacidos y tu me has dado el momento perfecto para emboscar su emboscada".

Cluadio seguía inmovil y miraba fijamente a su compañero.

"Por cierto, me llamo Marcus".

"¿Marcus? No es un nombre muy Español si me preguntas" atestó Claudio ya reincorporado..
"Es latín, significa el protector y en este caso tu protector" Respondió Marcus soltando una carcajada que hizo reir tambien a su compañero de armas.


Marcus había salvado a su compatriota y desde ese entonces ambos se volvieron muy unidos.

Corría el año 1595 y la guerra Anglo-Española estaba en sus momentos criticos.

Claudio y Marcus fueron enviados a Londres en una operación secreta.
Su misión consitía en adentrarse en la casa de uno de los comandantes del ejercito enemigo y recuperar unos planos. Luego destruir toda la casa (y a todos en su interior).
La inteligencia militar Española descubrió que en la casa se escondían unos planos con unos prototipos de armas diseñadas por Da Vinci en el año 1510 y descubiertas por espías Británicos en 1593. Se creía que estas armas eran capaces de una gran destrucción que podían terminar con la guerra. El ejercito español las debía poseer. 

Fue así que Claudio y Marcus partieron con su misión la cual realizaron exitosamente. Los planos fueron recuperados y la casa (junto con el comandante de armas y el resto de su familia) fue quemada.

Sin embargo, Marcus sintió piedad por la empleada de la familia Inglesa. En realidad había caido enamorado a primera vista de aquella joven y hermosa muchacha que contemplaba de rodillas y con lagrimas como la casa se quemaba.

Su nombre era Isabel y era Española, pero servía a Ingleses.

Ignorando las palabras de su amigo, Marcus la llevó consigo de vuelta a España y la invitó a quedarse en su casa a lo cual ella aceptó, aunque diciendo que por poco tiempo, hasta que encuentre otro lugar.

Pasaron los días y el amor de Marcus por Isabel se hizo mas fuerte. Ella, por su lado, le correspondió el amor y ambos lo disfrutaron en su plenitud durante algúnos años, pasado el fin de la guerra.

Pero aunque Marcus no lo sabía (y nunca se lo preguntó), Claudio se fué enamorando en secreto de Isabel. No solo de su belleza fisíca, sinó de su personalidad. Aunque no fue correspondido, su objetivo ahora era uno y solo uno. Tenerla. Tenerla aunque eso deba significar deshacerse de su mejor amigo.



Sueños V

En la puerta de una casa, sentados en reposeras estabamos.
Era un bello día sin una nube en el cielo y, a pesar de ser invierno, el clima era bastante agradable y el frio no se hacía presente.

Eramos 6 amigos hablando sobre posibles destinos de viaje.

"Yo quiero ir a Estados Unidos", "Yo a Jamaica", "Yo a Egipto" sentenciaban.

Me tocó el turno de hablar y mi lugar elegido fué Croacia:
"Me gustaría ir a Croacia. Me hablaron muy bien de allá. Parece que tiene muy buenas playas, muchos castillos y además es bastante seguro". Dije y agregué "También quiero ir a Delos y Mykonos, pero en invierno no se puede".

La conversación siguió su curso normal cuando levanté la vista y noté que la autopista cercana estaba "doblada" y muchos autos se estaban como resbalando. 

"Mirá" le dije a un amigo. "¿No está inclinada?" Pregunté.
"No" me respondió. "Es así" dijo y la conversación fue interrumpida por el ruido mucha agua cayendo al suelo.
Una avioneta, de esas de fumigación en los campos, tomaba altura y se presipitaba al agua sacando una gran cantidad de volumen de liquido en cada zambullida.

Cada vez fue tomando mas y mas altura ante nuestra atenta mirada y la cantidad de agua sacada fue tan grande que llegó a cruzar la calle que nos separaba del lago y empapó completamente a una señora de unos 50 años que estaba sentada en un banco.

Lejos de reírnos (aunque con algún que otro esbozo de sonrisa) nos sentimos indignados ante semejante barbaridad. Pero no duró mucho ya que de la nada aparecieron unos 7 u 8 aviones de combate que junto a la avioneta comenzaron a tomar altura y caer en picada hacia el agua.
Una pequeña ola se produjo y se dirigió hacia donde estabamos nosotros (y otras 50 personas, era un muy bello día). La ola no tomó mucha altura y rompió antes de concluir el lago.

Pero ahí no terminó todo. Los aviones siguieron con su locura y las olas que se generaban eran cada vez mayores hasta que una fue lo suficientemente grande y poderosa para llegar a mojarnos los pies.
Fue en ese entonces que el panico se hizo presente. Nosotros nos refugiamos en una casa cercana, aunque por la escasa altura que tenía las olas iban a poder alcanzarnos.
Decidí correr hacia la parte de atras de un local en donde tenían un patio. Pedí que me siguieran pero solo uno lo hizo.
Echamos a correr mientras que atrás veíamos como los aviones caían nuevamente y producian olas cada vez mayores.
Llegamos a la parte de atras y con un salto digno de una medalla olímpica, logré subirme a la medianera (que tenía un alambre de puas sobre ella, aunque esto no importó) y ayudé a mi amigo a subir.

Estabamos a salvo por el momento, hasta que esos locos dejen esa tontería que ya había ocacionado victimas. Desde nuestra posición pudimos ver como los aviones seguían con su ataque aunque ya sabiamos que las olas apenas podían mojarnos los pies desde la altura en la que estabamos y estas no se hicieron mayores.
Dedujimos que los aviones ya no podían crear olas mayores a causa de que habían alcanzado el limite de profundidad del lago.
Efectivamente tuvimos razón y los aviones se retiraron. Cuando bajamos de la medianera pudimos ver la desolación del lugar que hace poco fué el centro de reunion de mas de medio centenar de personas.

Particulas de agua siguieron cayendo sobre nuestro rostro aún despues de haberse acabado la amenaza.
Estabamos caminando sin rumbo cuando se escuchó un estruendoso ruido...

...era la estática de la fm programada en el despertador.

Tengo que buscar otra emisora.