lunes, 2 de febrero de 2015

Sueños XII

PRECAUCIÓN: SUEÑO NO APTO PARA MENORES NI PARA PERSONAS SENSIBLES.



Nos encontrabamos dentro de un gran cuarto. Eramos alrededor de 30 personas y se notaba nuestro nerviosismo.
Todos moviamos las cabezas en todas direcciones, alertas por lo que fuera a venir.

Teniamos un lider, un muchacho de no mas de 30 años quien llevaba 2 pistolas colgadas en un cinturón.
Por algún motivo esto no me sorprendió y es mas, al ver con mas atención a mis compañeros de habitaicón, pude notar que la gran mayoría llevaba un arma de fuego y quienes no tenían una, igualmente estaban armados con algún tipo de arma blanco. Todos, claro, excepto yo que tenía mis manos desnudas de cualquier elemento de defensa.

Le pregunté al lider donde se encontraban ciertas personas que andaba buscando y me respondió que se estaban de guardia en el baño.

Decidí salir del cuarto y dirigirme hacia el baño, a escasos pasos de distancia.
Cuando salí, me dí cuenta de que nos encontrabamos en un colegio, aunque lejos de estar ordenado y pulcro, esto parecia mas una escena de una pelicula de terror, de zombies.

La puerta del baño - de hombres- estaba abierta, la trababa una pequeña hacha la cual tomé y adopté como mi nueva defensa (me aferré muy bien a ella). El baño se encontraba en las mismas condiciones que el pasillo fuera de el, destruido y desolado. Caminé unos pocos pasos y llegué a al sector de las cañerias que enfrentaban a los retretes. Una a una fuí abriendo las puertas, con la ayuda de mi nueva y pequeña protectora pero sin suerte. No había nadie allí.
Volví a salir al pasillo y definitivamente pude ver la prueba de que estaba en lo correcto, era una pelicula de terror de zombies.

En el pasillo habían 2 de ellos, caminando erréticamente y tropezando con algunas sillas y bancos tirados.
Uno de ellos - una mujer - estaba muy cerca mío. Su final había llegado a manos de mi nueva amiga, la pequeña hacha.
Luego del hecho, aparecí de nuevo en la 'sala de reunión', al lado del lider.

"Han llegado". Le dije con calma.

"Ya veo..." fue su única respuesta.

"¿Lo ves? He matado a uno, merezco un arma para cuidarme". Le exigí.

El lider, luego de pensar un momento, me entregó un fusil de asalto, uno de los mas conocidos, de origen ruso.
Aunque tenía una particularidad, ¡era una replica que funcionaba con balines de plastico!.

Sin embargo, no me quejé y cargué mi arma al maximo con los balines que habían disponibles. Ahora si estaba armado hasta los dientes.

El lider decidió que era momento de atacar la base del enemigo. Era momento de luchar por la superviviencia.

Para llegar a la base, había que atravesar el pasillo fuera del cuarto donde se encontraban. Al hacerlo, nos encontraríamos con un gran patio el cual también deberíamos cruzar para finalmente llegar a unas puertas de vidrio reforzado que marcan la entrada del cuartel enemigo.

Dicho y hecho. Nos pusimos en marcha. Atravezamos el pasillo y el patio sin problemas y sin zombies. Sabiamos que era extraño pero no nos importó, estabamos frente a las puertas de vidrio reforzado y no nos detendríamos.

De repente sucedió algo que nos paralizó completamente.
Detras de las puertas aparecieron muchas figuras, casi el doble de nosotros. No eran zombies, eran humanos comunes y corrientes. No, no solo eso, eran NUESTRO PADRES.

Ellos, sin tener idea de lo que sucedía, fueron capturados y dispuestos detras de las puertas que se abrieron produciendo un encuentro entre familiares.
Todos los padres se abrazaron con sus hijos, todos menos yo que a los gritos les pedí que se alejaran.
Aunque debí empujarlos, logré hacer que se escapen justo a tiempo ya que detras del vidrio apareció el responsable de todo esto, cubierto con una capucha que me impedía ver su rostro.

Fue en ese momento que apunté mi arma y disparé a donde se encontraba.
Fue grande mi sorpresa cuando ví que aunque mis balines eran de plastico, poseían el mismo efecto destructivo que una bala de verdad. El vidrio no fue roto, pero si fue astillado.

Acto seguido el villano desapareció, y las hordas de zombies de asomaron. Había comenzado la verdadera batalla.
Era verdaderamente una masacre ya que muchos seguidan reunidos con sus padres sin haberse percatado de los no-muertos.

Después de realizar unos cuantos disparos, corrí y busqué refugio.

Esperé un largo tiempo hasta que pude salir otra vez.
El paisaje era desolador. Cuerpos de humanos y de zombies desparramados por todo el suelo.
No había sobrevidido niunguno de nosotros y no podía asegurar de que todos los zombies habían muerto.

Me acerqué al cuerpo sin vida del lider y pude ver que en su mano sostenía un enorme diamante, del tamaño de mi cabeza.
Coloqué mi fusil en el suelo, tomé al diamante y continué mi camino cuando de pronto vi como 6 zombies que permanecian en pie empezaron a mutar. Sus cuerpos se encojieron y se volvieron pequeños seres azules que podían hablar y pensar.
Me ofrecieron un trato, si les entregaba el diamante ellos me abririan las puertas de vidrio hasta entonces, impenetrables.

Sin dudarlo acepté y me dirigí hacia las puertas que se abrieron a mis pies.
El lugar era complicado, era como un laberinto y había que recorrerlo agachado.

Finalmente llegué a donde se encontraba el villano.

"Me has atrapado" Dijo.

Su voz era de mujer, pero no solo de cualquier mujer. su voz me era familiar...demasiado familiar.

Le apoyé mi mano sobre su hombre y la dí vuelta. No lo podía creer... ¡ ERA MI NOVIA !

Con lagrimas de odio y dolor le dije que debía acabar con su vida.

"Lo se. He intentado matarte y ahora tu debes hacer lo mismo conmigo". Respondió y entregandome un cuchillo, me indicó una zona en su nuca donde debía clavarlo.


Intenté matarla de diversas formas, demasiado crueles para escribirlas y lo suficientemente feas como para despertarme y quitarme el sueño.
Al verla sana y salva a mi lado me tranquilicé, aunque no por mucho porque ella se había despertado...

...HABIA TENIDO EL MISMO SUEÑO.

Aunque sea mas temprano me levanté. Hoy el despertador no sonará.

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