martes, 22 de septiembre de 2015

Cuento: El fin (parte 11)

El siguiente día fue muy caluroso y por más que trabajó en la sombra, Leo debió consumir varias botellas de bebidas para mantenerse hidratado.

Lejos de ser perfecto, estaba muy orgulloso de su trabajo y al mirarlo, no podía hacer otra cosa más que reir.
Si, le llevó gran parte del día terminarlo, pero por otro lado, no tenía otra cosa que hacer.

Finalmente, estaba completo y amurado a la pared, se encontraba el gran tanque almacenador.
Según los cálculos, con este gran tanque, podían estar abastecidos los generadores de eléctricidad durante casi 2 semanas.

Cabe destacar que leo fue muy ingenioso con su ídea.
El tanque se encontraba en amurado a un rincón de la heladería, en uno de los extremos superiores.
De este, nacían 3 mangueras las cuales iban en diagonal hacia abajo hasta el otro extremo de estas, los cuales estaban poseían una tapa que al abrirla permitían que el combustible caiga a un gran embudo.
Estos embudos estaban adheridos a otra manguera, cuyo otro extremo desembocaba en la entrada del combustible de cada uno de los generadores.

En total habían 3 mangueras que salían del tanque principal y otras 3 mangueras con embudos que atrapaban el combustible para luego desembocarlo en los generadores.

De esta forma, pensó, que al estar separados por distancia y por aire, si se produjese un incendio, tendría un poco de tiempo para reaccionar y apagarlo.
Para esto, dispuso de varios extintores y bolsas de arena en las cercanías.
Los extintores los retiró de los autos. Tenía la posibilidad de colocar lo más grandes que venden en las tiendas, pero no estaba seguro de que funcionasen contra el fuego causado por combustible. Fue por eso que, jugando a la segura, reunió casi 20 pequeños extintores que se encontraban en los autos de alrededor.

Aunque, su gran hazaña fue la de automatizar el sistema.
Leo no quería tener que ir constantemente a recarar los tanques, por lo que buscó algún método para que se abran solos cada cierto tiempo.

Para eso, decidió ir a la tienda de electrónica y buscó algún sistema parecido al que usan en los campos para el riego.
Aprendió mucho del campo gracias a su esposa, ya que su padre poseía un campo con una huerta importante, aunque Leo nunca le prestó demasiada atención, ni le interesaba aprender de ese tema.
Sin embargo, ahora, lo poco que recordaba, le ayudó a tener una ídea para su soberanía energética.

Lamentablemente en la tienda de electrónica no encontró lo que buscaba, por lo que decidió volver al "X-Treme Mall".
Dentro de ella, fue directo a la sección de jardinería.
Para su mala suerte, los sistemas de riego que encontró eran por goteo y no le servían.

Frustrado por eso, decidió aprovechar su visita y recoger algunas bebidas.
En el camino pasó por varios sectores, entre los cuales se encontraban los juegos para niños.
El fin del día se aproximaba, pero ya no le importó y decidió distraer su cabeza mirando los juegos disponibles.
Las góndolas eran interminables, colmadas de todo tipo de juegos.
Finalmente llegó al último pasillo, donde se encontraban los juegos electrónicos. Mucho no le interesaban, ya que consumían eléctricidad y apuró el paso hasta el final del corredor donde se encontraban las bebidas restantes, pero antes de llegar, algo detuvo la marcha del carro de compras. Una remera y un pantalón se metieron dentro de una de las ruedas e impidieron su avance.
Luego de retirarlas, notó que debajo de estas había una caja con uno de los juegos del sector.

La levantó y por un momento pensó en aquella persona que estaba eligiendo aquel juego cuando pasó lo que pasó.
Tómo la caja en sus manos y se dispuso a acomodarla junto al resto de las suyas, aunque antes de eso la vió y no podía creer lo que tenía en sus manos.

El juguete consistía en nada más ni nada menos que un mecanismo de apertura de una tapa redonda.
Aunque en realidad era un accesorio de otro juego más complejo, era perfecto para lo que necesitaba....era realmente perfecto. Lo abrió y leyó las instrucciones.

El accesorio era de muy facil uso. Un aro de metal conectado a un pantalla digital mediante unos cables. Mediante la pantalla digital se ponia cada cuanto tiempo se abria y cerraba el aro, así de sencillo era.
El dispositivo funcionaba con baterias y con transformador, por lo que podía conectarse directamente al propio generador.

Era realmente un milagro...tomó varios de esos dispositivos, algunas bebidas y volvió a la heladería.
Quería colocar el mecanismo antes de irse a dormir, aunque lo logró con tiempo de sobra.

Leo miraba su creación y sonreía.
Nunca pensó que sería tan bueno para esto.
Ahora sabía que por fin, podía dedicarse a otros temas.


Volvió al sillón de su casa y se acostó. Demoró un poco en quedarse dormido debido a que aún la emoción de su obra permanecía activa.






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