miércoles, 5 de noviembre de 2014

Sueños X


Eran las 8 de la mañana y nuestro vuelo despegaba a las 11:30 hs.

Se trataba de un vuelo internacional, por lo que la recomendación es estar en el aeropuerto con 3 horas de anticipación, el problema era que yo estaba trabajando y recien terminaría con mis obligaciones a las 10 am.

Mi novia yacía a mi lado, aunque ella sin preocupación ya que tomaría un taxi e iría directo hacia el aeropuerto.

Mi oficina estaba en el balcón de un departamento. Era de esos balcones aterrazados con espacio mas que suficiente como para colocar un escritorio. Tenía que atender a solo una persona mas a la cual despedí a las 9 am y decidi dar por finalizado el trabajo.
Como era temprano decidí caminar un poco junto a unos amigos que aparecieron como por arte de magia. Nos dirigiamos hacia el colegio donde completé mis estudios secundarios hace ya una decada, cuando de golpe uno me dijo que tenía que ir ya al aeropuerto ya que ¡ERA MUY TARDE!.

Salí corriendo en busca de un taxi mientras miraba mi reloj, las agujas marcaban las 10:30 am y el vuelo partiría en exactamente una hora. ¡Maldición! No encontraba un taxi por ningún lado y los que si venían eran los no autorizados por el gobierno, que no pensaba en tomar.
La desesperación me abrumó, no sabía que hacer y se me agotaba el tiempo.
Antes de desmayarme, logré subirme a un camión de transporte de gallinas, el cual amablemente me dejaría en el aeropuerto..."estaba salvado" pensé y luego la oscuridad cubrió mis ojos.

Me desperté entrando al aeropuerto, eran las 11:30 am y mi novia, quien también acababa de llegar, estaba hablando con una supervisora cuando me vieron llegar.

"Ya era hora, los estabamos esperando" dijo la supervisora con un tono poco amigable y nos solicitó unos papeles que tuve que buscar en mi mochila.
Curiosamente los 2 llevabamos solamente una pequeñá mochila.

 Corrimos para pasar a inmigraciones, donde aparecieron mis padres y mis hermanos.
"Papá, ¿viniste en auto?" Le pregunté.
"Si, por supuesto".
"¿Y por qué no me trajiste? Casi me vuelvo loco en llegar" Le reproché justo cuando fuimos avisados de que debíamos abordar el avión.

"Preparate para los insultos" Le dije a mi novia y luego le pregunté: "¿A donde estamos yendo?"
Ella me miró con una cara de indignación y me respondió "A Barcelona, por supuesto".
"¿No ibamos a ir a Chile ahora y el año que viene a España?" Le retruqué y ambos nos quedamos callados.

Ningúno sabía hacia donde nos dirigiamos hasta que por fin dije "No importa. Donde nos lleve estaremos bien" y nos sentamos.

Lo extraño fue que aún con la gente parada y acomodando sus valijas en los compartimentos superiores, el avión arrancó. No solo arrancó, sinó que levantó un poco la trompa como preparandose para despegar, aunque no lo podría hacer ya que las turbinas no habían sido encendidas del todo (no se escuchaba su ruido caracteristico).

Sin embargo, la trompa del avión estaba levantada, por lo que decidí subir la ventana y mirar...mirar la calle y la cara de terror de las azafatas.

¡Estabamos en la calle! Estabamos subiendo por una calle empinada y por eso la trompa estaba levantada.
El avión estaba causando muchos estragos, imaginense, un avión de tan grande envergadura en las calles.
El avión continuaba su descontról hasta que adelante pude visualizar el "monumento a los españoles" situado en Buenos Aires. El avión chocaría con el y temí por la vida de mi novia y la mía.

Ella vió lo mismo que yo y su cara se volvió completamente blanca.
Con mis brazos rodeé su cabeza intentando protegerla. El choque era inminente y sucedió, aunque el avión no detuvo su marcha.
Mi cabeza había sido seriamente lastimada a causa del impacto (aunque de ella no emanaba sangre), pero por suerte mi novia se encontraba bien, aunque en estado de shock.

Luego del incidente, pude escuchar a las turbinas aceleando, aunque aceleraban y luego decaían. El piloto claramente estaba intentando de hacerlas funcionar. "¡ ¿En que pensaba? !"

Me levanté medio mareado y junto con otra personas presentes nos dirigimos hacia las azafatas para que obliguen al piloto a desistir de su loco accionar. La respuesta de ellas era que una vez en el aire todo se arreglaría.
Nuestra insistencia fue mucha mientras que escuchabamos prenderse las turbinas y fue entonces que unas palabras salieron de mi boca: "No puedes utilizar un auto si este tiene un desperfecto".

Increiblemente eso sirvió para hacer entrar en razón a las azafatas quienes lograron disuadir al piloto para que apague el motor (se escuchó la vos del piloto quien poseía un fuerte acento brasilero, además de que estaba hablando en portugés).

Gracias a diós el motor se detuvo y pudimos bajar. Todos bajamos de una forma apresurada.
Estaba oscuro y donde nos encontrabamos era una avenida de doble mano que se llamaba "Av. de los accidentes aereos", pero al enfocar mejor la vista ví que se llamaba "Av. de la independencia y Honduras".

Aún abrazado a mi novia, quien seguía en estado de shock, decidí buscar un taxi para que nos devuelva a casa.
Fuimos por la calle ya que había gente para nada amigable en la vereda. Estaban tomando alcohol y drogandose (al menos eso parecía). Luego de pasar frente a ellos, nos amenazaron con que nos matarían si no los entregabamos nuestras - pocas - pertenencias, por lo que apuramos el paso, ignorandolos.

De pronto estas personas se levantaron, nos miraron y...¡comenzaron a cantar!.

Era la musica de la fm que tengo programada en el despertador.
Un nuevo día comienza.





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