jueves, 13 de noviembre de 2014

Cuento: El valor de una idea

Julián había cumplido su sueño. Se había vuelto rico, muy rico.
Todo fue gracias a su invento, en realidad, gracias a su idea.

Todo comenzó unos meses atras cuando Julián llegó a su casa despues de una muy agotadora jornada laboral.
Se sacó los zapatos y se tumbó en la cama. El cansancio le impedía moverse y el solo quería acostarse a dormir.
Aunque...había un problema, ¡no se había cepillado los dientes! y como un obsesionado de la limpieza, no podría dormir mientras que no tuviese la boca limpia.

Sin embargo, no lograba juntar la fuerza necesaria para levantarse de la cama y fue allí, en ese preciso momento en que se le ocurrió la idea que meses después le haría cumplir su sueño de tener mucha plata y no trabajar nunca más.

La idea era simple, crear un producto que te logre cepillar los dientes solamente con colocarlo en la boca.
Y así, lograr tener un cepillado estando en la cama, de viaje o en cualquier otro momento.
El producto no requeriría ni agua, ni cepillo, ni pasta de dientes y sobre todo, no requeriría esfuerzo.

Pero, ¿Cómo lo haría? La idea era lo mas facil. Lo mas dificil era diseñarlo y promocionarlo.

Hasta ahora, lo mas parecido que existia eran los enjuagues bucales, pero estos eran recomendados como complemento del cepillado, no en reemplazo.

Descartó la idea de un liquido y siguió pensando.
Mirando unas bolitas que tenía para el aliento, se le ocurrió que el producto fuese de esa forma.

Consistiría en una bolita con un liquido adentro que pueda reemplazar al cepillado clasico.
Pero faltaba algo. Que un liquido se ponga en la boca es casi lo mismo que un enjuague bucal, no lograba sustituir al cepillado.
Así fue que despues de mucho pensar se le ocurrió que se podría lograr el efecto del cepillado mediante un viento fuerte y este viento se produciría por la explosión de la bolita dentro de la boca del usuario.
Cuando la bolita se colocara en la boca, el usuario la debe cerrar pero manteniendo la mordida abierta.
La bolita se colocaría sobre la lengua y cuando entre en contacto con la saliva explotaría liberando una onda de un fuerte viento que "barrería" con las bacterias y daría la sensación de frescura que otorga el cepillado.


Ya tenía su idea pero ahora le faltaba lo mas dificil, crearla.
Junto a un amigo, quien era quimíco, lograron crear una pequeña bolita llena de enjuague bucal y que se disolvía en la boca, pero no "explotaba".
Probaron con muchos productos hasta que encontraron uno que les dió las propiedades que buscaban.
¡Lo habían logrado!
Aunque nunca lo probaron ya que tuvieron temor a lo que les podía pasar a sus dientes.

Así que decidieron dejarlo allí y no continuarlo. La idea de Julián había llegado a su fin.
Aunque despues de su fallido intento practíco, su amigo le dijo que patente la idea bajo su nombre y Julián accedió y al día siguiente se dirigió registrarla.


La había diseñado y ahora la registraría, sin motivo alguno. Y fue allí cuando el "milagro" ocurrió.
En la oficina de patentes se encontraba Tatiana Miller.
Su nombre no era conocido publicamente, mas ella fue la responsable de la publicidad y promoción de muchas de las grandes marcas que rodeaban la vida de Julián.

Tatiana se encontraba allí buscando ideas, patentes comercialmente plausibles y la idea de nuestro protagonista era una de ellas.

Se podría decir que fue gracias a esta mujer que Julián alcanzó su sueño, aunque ella sacó un gran provecho de esto. Había acordado con su compañero que ella recibiría el 70% de las ganancias y el, el otro 30% (quedandole el 20% ya que el restante 10% era para su amigo quien ayudo a crear el prototipo).
A su compañero esto ni le molestó y aceptó de inmediato. "¿Qué tenía que perder?" Pensó.
Era una gran ganancia, según lo que Tatiana prometía y para el esto era solo una idea.
Aunque desigual en porcentaje, Julián estaba mas que satisfecho...

Tatiana sabía que tenían un gran producto y su conocimiento no le falló ya que las "Bolitas de Cepillado" o "BrushBall" en inglés, rapidamente alcanzaron ventas millonarias y los pedidos fueron llegando a montones.

Ya se imaginarán como continúa esta historia. Hoy en día, "BrushBall" está en todas las tiendas tanto grandes como chicas y Julián ahora se dedica a viajar.


 Todo esto, gracias a una simple idea.
¿Qué estás esperando?

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