Cuento: Los sacrificios para el dios

"Ya está anocheciendo, es hora...estás preparada?"
"S...si, lo estoy"

Ya se terminaba el primer día de Noviembre. El altar para el sacrificio humano estaba preparado.

El altar estaba adornado con guirnaldas de flores, las mas bellas del lugar y por un banquete que consistia de los mejores corderos asados de todo el pueblo.
En el centro del altar, se recostó la muchacha, vestida con un muy elegante vestido de seda, transparente, dejando notar apenas su cuerpo de mujer.

Los preparativos para el sacrificio estaban completos. El altar, las flores, la comida y la joven.

Cada primer día de Noviembre se llevaba a cabo este ritual para calmar la ira del dios de la montaña que hace muchos siglos atrás había destruido el pueblo.
Despues de la destrucción completa del pueblo, el mismo dios de la montaña les indicó que cada primero de Noviembre, al anochecer, deberán ofrecerle tres corderos asados, las flores mas bellas de una determinada planta que crecía en el pueblo y una joven linda y virgen de 18 años de edad, para calmar su ira, de lo contrario, destruirá sus hogares y su pueblo. 

La gente del pueblo era muy trabajadora, muy dedicada y muy confiable. El pueblo crecía rapidamente, sus tierras eran muy fertiles, sus lagos tenian abundante agua, el pasto era ideal para el ganado y los recursos de madera y piedra no escaseaban nunca.
Parecer ser que por tal motivo el pueblo decidió quedarse en ese lugar, aceptando la condena impuesta por el dios de la montaña.

Los primeros años fueron los mas dificiles, hubieron discuciones y conflictos grandes entre los habitantes del pueblo. A quien sacrificar? Como debe hacerse la elección?

Es muy dificil ahora que han pasado muchos años, describir como fue al comienzo. Pero lo cierto es que con el tiempo se fue confeccionando un sistema de elección bastante organizado. En este sistema se decidia de antemano que año le corresponde a la hija de que familia y quien la reemplazaba si no tenían hijas.
La mayoría de las veces, las chicas no tenían 18 años cumplidos o ya eran mayores.
La primera vez que pasó, la chica tenía 16 años, pero al ver que el dios de la montaña no apareció, entonces empezaron despreocuparse un poco por la edad de ella. A veces ofrecían chicas de 16 años, otras de 17 años e incluso ofrecieron una vez una chica de 22 años de edad.
Pero siempre, siempre, eran virgenes y muy hermosas.

Sin embargo, el metodo del sacrificio no cambió desde su inicio.
Se colocaba un altar en las afueras de la ciudad, en el bosque prohibido, con la muchacha en el centro y las flores y los corderos asados alrededor. Luego, se retiraban y sabían que al caer la noche aparecería el dios de la montaña y se llevaría el altar completo.
De esta forma podrían vivir otro año mas, en paz.
El día siguiente, el segundo día de Noviembre, es día de luto para el pueblo y la familia de la sacrificada es regocijada con los mejores productos de todo el pueblo y con una fiesta en su honor.

Así ocurría año tras año...De vez en cuando, algun padre melancolico paseaba por los alrededores del bosque prohibido y muchos juran haber visto al fantasma de su hija (ahora mayor) rondenado por allí.
Esos padres rezaban para que las almas puras de sus hijas puedan descanzar en paz...

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Ya había oscurecido.
En el bosque comenzaba a soplar el viento, aunque no hacía frio.
A lo lejos se veía un movimiento, una sombra grande caminaba hacia donde estaba ella.

La chica comenzó a temblar de miedo, sabía que este era su fin. Ella era el sacrificio de este año para el dios de la montaña.
Ya sabía lo que le esperaba y en cierta forma, deseaba que pasara.
Ella tenía 18 años, era muy joven aún, pero desde que el año pasado se llevaron a su mejor amiga para el sacrificio, ya había perdido las ganas de seguir viviendo.

"Sin mi amiga, no tengo razones para vivir, ven y llevame dios de la montaña"

De entre las sombras por fin apareció. El corazón de la muchacha latía cada vez mas rapido.
Lo vió...no era un mounstruo como se lo habían descripto. Era una persona muy parecido a ella, era como los muchachos de su pueblo, pero era grande, muy grande, era un gigante de 6 metros de altura.
"(Es muy apuesto)" pensó y se ruborizó.
 "Tu eres el dios de la montaña?" Preguntó ella. "Porque no pareces un mounstruo como me habían contado"

Con una dura y fuerte voz, responió. "Yo he venido por ti. No serás lastimada, vamonos en silencio".

El caminó duró aproximadamente una hora, la muchacha iba sobre el hombro de su acompañante, sosteniendo sobre ella la comida y las flores.

La muchacha divisó una luz y enseguida notó que esa luz provenia de una casa, una casa muy grande.
Una vez dentro, el gigante se sentó sobre una silla a medida para el y acercó una silla pequeña para ella.

"Corta la carne y las flores y mezclalas juntas. Hazlo de una vez!".

Sin decir ni una palabra, la joven comenzó a triturar el cordero y las flores con sus manos y  las colocó sobre una fuente de metal que el gigante le trajo.

"Li...listo" Dijo aún temblorosa.
 "Gracias!" Dijo el gigante, arrancandole la mezcla de las manos.

El gigante comió rapidamente la mezcla y se dirigió hasta una enorme puerta, cerrandola tras de el.
Antes de encerrarse, le señalo a su acompañante una cama que parecía muy comoda para que ella duerma y pase la noche allí y que a la mañana hablarían.

En este punto la muchacha dudó sobre si su compañero era realmente un dios y sobre todo, si realmente la iba a matar. Por curiosidad decidió sacarse el vestido de seda y acostarse en la cama, la cual era verdaderamente muy comoda, haciendo que se quede dormida enseguida.

A la mañana siguiente, se despertó, vistió y se dirigió hasta donde estaba el apuesto gigante.

"Buenos días mi linda jovencita. Espero no te moleste que esté desayunando. Ven acá, te he preparado el desayuno, espero que te gusten los huevos revueltos con jamon".

La voz del gigante era ahora muy cortes, muy suave y sutil, nada que ver con la de la noche anterior. 




Ahora ya confiada en que no sería lastimada, la joven chica tomó confianza y empezó a hablar.

"Por que ahora me hablas bien y anoche no? Por que me has traido aqui? Que vas a hacer conmigo? Que..."
El gigante la interrumpió con mucha tranquilidad.

"No pretendo lastimarte, como te habrás dado cuenta. Te contaré todo despues de desayunar, así que come ahora, antes de que se enfrie".

La muchacha entonces se dió cuenta del hambre que tenía y devoró la comida en poco tiempo ante la mirada alegre del gigante.
Despues del desayuno comenzó la charla.

"Como notaste, nosotros somos muy parecidos, no soy ningun mounstruo, solamente soy una persona como tu, pero mucho mas alto y grande".
"Y muy lindo". Agregó la chica.
Las enormes mejillas del gigante se ruborizaron. Ella notó que el era una persona gigante muy sencilla, como ella.
"Gracias...tu támbien eres linda...En fin, te explicaré todo"

"Todos los ultimos días de nuestro calendario se realiza la fiesta de fin de año en nuestro pueblo. Esta fecha coincide con el ultimo día de Octubre para tu pueblo. En fin, hace muchos años atras, asistí a mi primera fiesta, la cual fue muy larga y tomé mucho Tkorn. El Tkorn es una bebida alcoholica muy fuerte y como bebí mas de la cuenta me emborraché. Estando en ese estado caminé sin rumbo, cantando con voz ronca y terminé en tu pueblo. Sin estar conciente me caí sobre las casas de algunas personas que terminaron destruidas he hice muchas otros destrozos, hasta que una joven mujer notó cual era realmente mi estado y me ofreció una mezcla de Cordero asado y flores que crecen en tu pueblo. La mezcla me quitó la borrachera completamente y por eso les pedí a los representantes de tu pueblo que todos los años para el primer día de Noviembre preparen carne asada y flores"

"Para curarte de la borrachera!!? Para eso secuestras todos los años a una mujer!? Donde están las otras!? Donde está mi amiga!!!?"

"Calma mi amiga, todas ellas están bien. La mayoría están en un pueblo vecino, en donde tienen trabajo y familia. Yo no pretendo matar a nadie, pero necesito a las chicas para que puedan prepararme la mezcla. Ten calma que tu amiga está bien"
E indicandole que mire al patio, pudo ver a su mejor amiga,  quien la saludó agitando fuertemente la mano y con una gran sonrisa.

"No entiendo nada...tu eras un mounstruo? Me mostraron los dibujos, eras un dragón."

"Es la costumbre de nuestro pueblo que en la primera vez de la Tungoia, la fiesta de fin de año, nos disfracemos. Yo lo hice de dragón y por eso me creen así. Pero te puedo asegurar que no soy un dragón y mucho menos un dios...solo soy un muchacho trabaja mucho durante el año y que solo quiere divertirse en la Tungoia"

"Por qué no se lo dices a mi pueblo? Por qué me hablaste mal ayer? Por qué no me devuelves a mi, a mi amiga y a todas las demas con sus familias".

"No se lo digo a tu pueblo porque si lo hicera se reirían de mi y en lugar de ayudarme me matarían!. No te devuelvo ahora porque necesito ese remedio casero todos los años y te hablé mal ayer, bueno...me da verguenza...es que el Tkorn impide que vayas al baño y el remedio que cura la borrachera tiene un efecto contrario. Me sentía mal como para hablarte bien...disculpas por eso."

"Por eso ayer despues de comer la mezcla te encerraste tras la puerta? Para ir al baño?"

Abriendo la puerta, la joven vió que tras esta estaba la habitación del gigante y dentro de la habitación había otra puerta mas, que conducía a un baño muy grande para ella.

"De ahora en mas tu eres libre, puedes quedarte aca o comenzar una nueva vida en el pueblo vecino donde están muchas de tus amigas. Te aseguro que serás mas feliz que en tu pueblo. Solo te pido que por 2 o 3 años no te acerques al bosque prohibido de donde venimos ni a tu pueblo. Despues de ese tiempo puedes volver allí si quieres, con suerte nadie te reconocerá."

"Ahora entiendo...es por eso que muchas veces padres de otras chicas decían haber visto el fantasma de su hija, ya mayor, en el bosque, no es cierto?"

El gigante asintió con la cabeza y abriendo la puerta, dejó salir a su nueva jovencita para que se reencuentre despues de un año con su mejor amiga.