miércoles, 19 de febrero de 2014

Cuento: La elección

Una moneda se desliza entre los dedos. Cae en un lugar oscuro y produce un ruido.
Acto seguido un botón es presionado. Esto ocaciona que ruido ensordecedores se produzcan.
Unas ruedas comienzan a girar. Están contienen numeros y figuras.
Giran pocos segundos hasta frenarse. La mquina vuelve a producir un ruido y nuevamente un botón es presionado.
Ruidos metalicos se escuchan y la moneda que al principió se deslizó se reprodujo en 4.
Las monedas cayeron desde la oscuridad hasta una trampa diseñada para ellas.
Una mano fria las agarró y las juntó con otras de su misma condición.

El proceso anterior se repitió, aunque con una diferencia. Despues de que las ruedas se hayan detenido, no se produjo ningún ruido y por ende no se apretó el botón que liberaba a las monedas atrapadas.

Esto se repite. La mayoría de las veces no se producía ruido luego de que se detengan las ruedas.
Pero la emoción de verlas girar, junto con las luces, atentaban contra el cerebro y le privaba su capacidad de razonamiento. El cerebro estaba dopado.

Eso era el casino. Y para la señora de la maquina de la esquina, esta era su vida.

Su bolso lleno de billetes estaba apoyado al costado de la maquina tragamonedas donde estaba sentada.
La emoción de jugar le satisfacia una necesidad interna.
El casino le daba libertad.
Apostar era su vida y mientras su bolso siguiera lleno, ella seguiría viviendo.

Pasan los minutos y la acción monotoníca de deslizar la moneda se repetía.
Poco a poco el bolso fue perdiendo billetes y poco a poco la vida de la señora se apagaba mas.
A veces parecía un robot sin emociones, hasta que el ruido aparecía y las monedas caían. No importa cuantas fuesen, le hacía feliz. Ganaba dinero, solía pensaba.

Pero poco a poco su bolso se fué vacíando hasta quedar dos simples monedas dentro de el.

La cara de la señora de la maquina de la esquina se ensombreció.
Colocó una de las monedas y esperó...pero ruido no hubo.

Era su ultima moneda que retiró de su bolso y deslizó por la ranura.
"A quien quiero engañar? Lo he perdido todo. Mi marido, mis hijos, mi familia, mis ahorros. Todo, todo se fue. Ya no puedo seguir así...que será de mi vida? Ya no puedo caer mas bajo, debo dejar esto".
Una lagrima se asomó por la mejilla de la señora. Su cabeza casbizbaja estaba casi apoyada sobre el borde de la maquina. "Todo se ha perdido..."dijo. Y procuró a agarrar su bolso vacío que algúna vez estuvo lleno de billetes. "Perdon esposo mio, perdon hijos mios y sobre todo, perdon dios mio. Los he defraudado a todos y ya no se como mirarlos a la cara" Pensó.

"TLING TLING TLING".

La maquina comenzó a hacer sonidos y ruidos metalicos ensordecieron sus oídos.
Había ganado...había ganado por fin! Las monedas no pararon de caer. El ruido era ensordecedor.
Vecinos de maquinas linderas se dieron vuelta para ver el espectaculo metalico.

Minutos despues, el ruino fue haciendose menor hasta desaparecer.
La mujer contó las monedas. Era todo lo que había apostado ese día.
No! La suma era aún mayor. No solo había recuperado lo perdido desde hace unas horas atras, sinó que había ganado $1000 mas!

La lagrima que le asomó por la mejilla pareciera haber regresado a su escondite. El bolso vacío fue nuevamente apoyado al costado de la maquina y el corazón se le calmó.

Ya había recuperado lo que perdió ese día y había ganado un pequeño adicional.
Pero ahora la duda invadía su seno...que debía hacer? Debía:

- Irse con lo que apostó y con el sobrante hacerles regalos a su esposo y a sus hijos y ponerse a prueba a si misma que esto fue suerte y que debía tomarlo como una señal para intentar no volver mas allí?

- Irse para no volver. Pero antes de irse, despedirse con el "sobrante" de la ganancia, ya que como "tuvo suerte", puede tenerla de nuevo, no?



En la vida muchas veces tenemos que decidir...Hay que decidir como seguir y como actuar.
A diferencia de lo que muchos creen, no hay decisiones desacertadas. Nuestras decisiones son las que dan rumbo a nuestra vida y nunca olviden que venimos a este mundo y vivimos para experimentar las emociones.

En el caso de la mujer del relato, ella puede decidir entre continuar con su adicción hasta perderlo todo, o controlarla para poder disfrutar el resto de su vida con su familia.
Y creo que todos siempre eligiriamos la segunda opción...compartir las emociones con alguien mas es mejor que solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario